No, no todas las familias rusas tienen osos como animales domésticos. Pero hay una que sí.
El oso Stepán tiene 26 años y web propia. Mide 2,25 m y pesa 350 kg. En su edad madura –los osos en libertad viven una media de 25 años– Stepán baila la tsigánochka y el vals con su ama.
En 1993 unos conocidos de la joven pareja formada por Yuri y Svetlana Panteléienko les llamaron para proponerles que se quedaran un cachorro de oso: un pequeño circo de San Petersburgo no podía seguir alimentando a sus animales y estaba intentando salvar a los que no habían podido acoger en otros lugares.
Cuando fueron a verlo, encontraron a siete oseznos enclenques y enfermos que llevaban largo tiempo sin comer.
“Les dimos pan, pero al más pequeño no le dejaban ni acercarse, los osos mayores le golpeaban y lo empujaban. Y allí estaba el pobre, olvidado en un rincón”, cuenta Svetlana Panteléienko.
El pequeño osezno no tenía nada de pelo. Una piel de un color indefinido le cubría los huesos y de sus pequeñas fauces sobresalían unos dientes ennegrecidos y enfermos.
“El pequeño oso vio a mi marido y corrió hacia él: empezó a succionar el lóbulo de su oreja y a frotarse contra él. Entonces decidimos salvar al pequeño y llevárnoslo a casa. No sabemos qué pasó con el resto de oseznos. Nos dijeron que acabaron en buenas manos”, comenta Svetlana.
El osito recibió el nombre de Stepán y los primeros años de la vida en familia estuvieron dedicados a su recuperación. Había que darle de comer cada tres horas: le daban leche con una botellita con tetina de biberón, gachas de avena y huevos. Lo llevaban regularmente al veterinario y, con los años, este “patito feo” se convirtió en un enorme oso pardo.
A la edad de cinco años, el pequeño oso comenzó a salir de gira y consiguió muchos éxitos en el circo. Para entonces sus nuevos padres habían terminado varios cursos circenses y tenían el título de domadores profesionales, que hoy en día les permite seguir teniendo al oso en su casa.
La familia ha viajado mucho por todo el mundo. Los Panteléienko han recorrido en sus giras toda Latinoamérica y han ofrecido espectáculos también en Japón. Sin embargo, los largos vuelos de un extremo a otro del planeta resultaban demasiado pesados para el oso, de modo que la familia acabó dejando la vida del circo.
En la actualidad Stepán trabaja como actor y modelo. Ha aparecido en películas de directores rusos tan famosos como Pável Lunguín y Alexéi Uchítel, y suele participar regularmente en series y anuncios de televisión.
Últimamente Stepán suele interpretar exclusivamente a personajes malvados en el cine: a menudo se dedica a perseguir a la gente, despedazar a alguien o comérselo vivo. Sin embargo, según los Panteléienko, con el tiempo este “actor” ha logrado salir de su encasillamiento y mostrarse tal como es: un sensible y bondadoso oso de circo.
Stepán vive en una casa de las afueras de una pequeña ciudad en la región de Moscú junto con sus “padres”. Tiene su propio terreno de 1.400 metros cuadrados con una pequeña cueva y una piscina. Sin embargo, suele pasar cerca de la familia Panteléienko casi las 24 horas del día, paseando, jugando y relacionándose con ellos.
“No lo hemos domado, sino que lo educamos a través de juegos. En estos 23 años el oso no nos ha rugido ni se ha lanzado contra nosotros ni una sola vez”, comentó Svetlana en 2016.
Lo que más le gusta al oso es pelear con Yuri, dormir hasta 12 horas al día y comer. El animal consume cerca de 25 kg de frutas y verduras al día. No come ningún tipo de carne.
Según la familia Panteléienko, aunque el oso pesa 350 kg, es capaz de sentarse tranquilamente con ellos a la mesa o de tumbarse en su sofá de piel para ver la televisión.
“En casa tenemos los muebles típicos, nada especial. Evidentemente, Stepán ayuda a ‘desmontar’ los muebles más antiguos y acelera los procesos de reformas en casa, pero no es nada grave. La torpeza de los osos es un estereotipo. Él nunca romperá las cosas que le gustan”, comenta Yuri.
Cuando el oso ve algo que le interesa, repite lo que hacen las personas. “Durante un rodaje vio cómo me ponía una almohada bajo la cabeza para dormir. Ahora Stepán también duerme con una almohada”, cuenta Yuri riéndose.
¿Quieres ver un auténtico abrazo del oso? Mira este vídeo.
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